Todo ocurrió una cálida noche de Abril, yo estaba muy alegre por todo lo que me había pasado ese fin de semana. Esa noche debíamos partir a nuestros hogares, pero de una forma muy divertida; pues nos íbamos a ir en camión.
Al subir me instalé al final de este para sentir todo el viento en mi rostro y así tener la sensación de ser libre, estaba soñando con esta sensación cuando sentí una voz, una voz que me era grata y cálida. Era ese joven que no podía arrancar de mis pensamientos y sólo lo había conocido hacía unos días atrás. Él se quería sentar a mi lado y yo lo dejé; al ponerse en marcha nuestro carruaje, pues eso me parecía al lado de él, me dirigió unas palabras – “Está muy helada la noche, debería abrigarse más” – yo solicité un chal para él, porque la verdad es que no sentía nada de frío; como iba a tener frío si estaba muy abrigada (a parte de que no sabía que me pasaba al tenerlo tan cerca). A pesar de todo él insistió en que yo me abrigara con el chal; pero no le bastó pues se sacó su chaqueta para ponerla en mis hombros porque creía que yo temblaba de frío cuando sólo lo hacía por estar a su lado; pero más que eso, sólo fue una escusa para abrazarme.
En ese momento sentí que entraba en un mundo de fantasías, donde yo era una princesa y el mi príncipe azul, esa noche entre en un ensueño del que no quise despertar nunca más y construí un mundo donde sólo existíamos los dos, sólo éramos él y yo.
1 comentario:
Pues dicen que para poder seguir con nuestra vida hay que sacar lo que tenemos de nuestro pasado, analizarlo y luego dar el siguiente paso.
Es esto lo que hoy quise hacer, sacar mi pasado para poder construir mi futuro.
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