miércoles, 9 de septiembre de 2009
Cronicas de un vagabundo
...y de arrepente entro a la posada un misterioso hombre, ordeno un trago y se quedo en silencio
-pagano dime tu nombre
-lo siento pero no puedo decirlo
en compensación te contare un antiguo relato de estas tierras...
decía mas o menos así...
Todas las noches de luna llena un joven escalaba a la copa de un árbol
para apreciar a en todo su esplendor a la noble señora de la noche
susurrando al viento "que bella es la luna ",
para él este astro emanaba una majestuosidad y belleza inimaginables
hasta que un día la luna se compadeció de este solitario joven
y le mando a una de sus hijas para que lo acompañase
al ver la bella damisela que yacía ante sus ojos, quedo atónito
era blanca como la nieve y despedía a simple vista un sentimiento de pureza y tranquilidad
ambos sin saberlo sentían una gran atracción solo con estar cerca
vivieron felices por un buen tiempo, cada segundo, cada momento eran imborrables en su memoria, eran la envidia de todos
pero poco a poco el destino comenzó a conspirar en su contra
ellos no podían negar su verdadera naturaleza
eran como la luna y el sol
inconscientemente ambos se complementaban pero a la vez eran dos entidades distintas
cada uno representaba las miedos y debilidades del otro
uno era efusivo, determinado y egoísta mientras que la otra era apacible, indecisa y humanitaria
el queria protegerla a toda costa pero ella le mostraba su indiferencia
ella en realidad se preocupaba mas de todos, que de ella misma, era eso lo que le atraía al joven
pero por mas que quisieran estar juntos, no podían
hasta que un día la misma luna, celosa de los sentimientos de ambos jóvenes
decidió llevarse a su hija, el joven clamo a la luna para que reconsiderara
pero en su decisión no había vuelta atrás
el joven grito a los cuatro vientos, pero las lagrimas ya no caían
culpo al destino por lo ocurrido, el ya no podía hacer nada mas
pero se preguntaba a menudo ¿si la hubiera detenido?, ¿estubo bien lo que hice?
el siempre supo que estas preguntas no tenían respuestas
mas no podía hacer, encontró la fuerza y determinación para levantarse y seguir viviendo
desde entonces se dice que cada vez que se vee una estrella fugaz
es una lagrima derramada de la joven doncella que anhela volver a ver a su joven amante
y si pides un deseo la luna quizás se compadezca y te lo pueda cumplir...
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