IX
Y entre el musgo sucumbimos al sopor
y allí soñé – ¡Ah! ¡dolor!
El último sueño que jamás tuve
en la pendiente de la fría colina.
X
Vi pálidos reyes, y príncipes también,
pálidos guerreros, todos con la palidez de la muerte;
ellos gritaban – ‘¡La bella dama sin piedad
te ha esclavizado!’...
(John Keats)
Decían los ancianos de aquellas épocas: "Cuídate, hijo mío, en tus viajes, 'la bella dama sin piedad' ronda a los hombres, muchos llegan a sus brazos y pocos vuelven...". Pero aquellos jóvenes sedientos de aventuras no resistían al llamado de Lamia, la belle dame sans merci.
Conocí a un viejo quien de los brazos de Lamia todos cuentan escapó y cuya alma esclavizada liberó...
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Historia completa aquí. ^-^
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