Otro viejo cuento que rescate del baúl de los recuerdos...
- ¿Mi amor ya me dejas?- La muchacha acaricio su cara lentamente dirigiéndole una sonrisa. Al parecer todavía era una niña por dentro
- Si. Tengo muchas cosas que hacer. Además te dije que solo me podría quedar unos poco minutos aquí- El muchacho de cabello negro tomo un bolso del mismo color y lo colgó en su hombro, al parecer llevaba prisa
- Lo sé... solo que de vez en cuando me gustaría pasar mucho más tiempo contigo. Nos vemos tan poco y bueno hay tantas mujeres en el...- Ella le miro fijamente, su mirada era tierna y enjugaba unas pocas lagrimas de tristeza
- No digas más... sabes que solo a ti te quiero, solo a ti te amo, solo a ti te necesito para ser feliz...
El camino por un largo pasillo. A lo lejos diviso un letrero “Anden 35”. Para el era extraño ese numero, le había dado 35 besos a su amor antes de partir y habían sido 35 mil pesos que había gastando en todo el viaje.
- ¡Cristian cambia esa cara!... ¡Que nos veremos el mes que viene!- Le grito- No me importan las distancias siempre seré tu Julieta... que todas las noches te esperara en el balcón. Y no olvidéis a Esteban... nuestro primer niño
- No lo haré- Unas lagrimas cayeron de sus ojos. No quería irse de aquel lugar- Volveré cada mes, y te llamare siempre que pueda
- ¡Te amo!- Grito la muchacha que tenia 22 años de cabello castaño
- ¡Y yo a ti!- Grito el muchacho de 15 años de cabello negro que aún llevaba el uniforme de su colegio un día domingo en una ciudad extraña...
Se dio vuelta por ultima vez y continuo caminando hacia el anden... allí todo el mundo cambio. Era una estación bastante grande y allí vio a alguien muy querido por el...
- Cristian. Te has demorado mucho, pudimos perder el bus- Le dijo su amigo sonriente, luego le miro fijo a los ojos y miro sus lagrimas- Se que tienes miedo... pero el amor todo lo puede vencer
- ¿Incluso mis padres? A pesar de mi corta edad y mi falta de experiencia. No pienso dejar a mi hijo de lado y tampoco a Sofía. Aunque ellos me obliguen
- Estaré junto a ti no te preocupes. Los amigos nos apoyamos en las buenas y en las malas. ¿Te acuerdas cuando yo me quise suicidar?... tu fuiste quien me robo el arma ese día y me saco esas ideas de la cabeza...
- Vaya... creí que no te acordarías
- Esas cosas nunca se olvidan, cuando uno quiere a quien lo hizo. Hoy te toca ser feliz. Y ni yo ni Sofía nos apartaremos de tu lado
- Gracias viejo amigo
- Para estas cosas estamos juntos.
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