sábado, 3 de mayo de 2008

Siempre más y mejor.

Los humanos no sabemos lo que necesitamos, sabemos que necesitamos comida, cobijo, procreación, defensa y el resto de esas cosas que también requieren otros mamíferos semejantes a nosotros.

Cuando un animal satisface una necesidad, la olvida hasta que vuelva a presentársele: sin embargo en los humanos es una cosa distinta y rara, puesto que siempre tenemos presente aquella necesidad y no nos conformamos al satisfacerla sino que queremos más y mejor. Ya como lo decía Savater en Política para amador “Los animales buscan, nosotros somos rebuscados”. Puesto que los humanos no sabemos lo que buscamos, si cuando un animal satisface una necesidad, la deja de lado, hasta que vulva a presentársele su urgencia, pero los humanos seguimos teniéndola presente y nos ponemos a pensar sobre como satisfacerla más y mejor. Así bien, partiremos del “querer”, que para los humanos es la primera y más imprevisible de las necesidades.

Los humanos tenemos a diferencia de los animales, la facultad de perfeccionarse. Las sociedades humanas inventan cosas, claro que si nos hemos percatado o si hemos sido un poquito, solo un poquito curiosos… sabremos entonces que ese invento nunca es “des inventado”, pues los humanos jamás “des inventamos” nada. Cuando algo que inventamos no nos gusta simplemente lo perfeccionamos o lo reemplazamos con algo mejor.

Los individuos pujan entre sí por hacerse valer y quieren a toda costa ser dueños. Todas las sociedades se han planteado problemas económicos, la economía no proviene del esfuerzo por atender a las necesidades, porque los animales también tienen necesidades pero no tienen economía. En este caso de total importancia y como un buen núcleo a entender, quizá no mejor, pero si con claridad es que: Lo que nos mueve es la prevención de lo que pueda pasar o lo que sabemos que va a pasar en el futuro.

Donde tenemos efectivamente un claro ejemplo del “más y mejor”, es cuando el desarrollo de la civilización aumentó enormemente la cantidad de trabajo socialmente necesario: como las grandes aglomeraciones urbanas, los monumentos públicos, las carreteras, viaductos, alcantarillado, los comerciantes, la burocracia administrativa… y un sin fin de avances sociales en los que podemos observar detenidamente.

Así como la ecología que se preocupa de la destrucción de determinados recursos y seres naturales, los ecologistas deben preocuparse por el medio ambiente. Pero también existe la ecolatría, y los ecólatras que basan su amor a la naturaleza en el oído a lo que representa la tradición humanista moderna, opinan que el hombre no tiene ningún derecho especial, que sus intereses culturales o tecnológicos, que no deben gozar de ningún privilegio.

“Los hombres no podemos destruir ni dañar a la naturaleza. Es ella la que nos condena a la destrucción tras numerosos daños.” Aunque hiciésemos pedazos el planeta, la naturaleza seguirá su curso de forma inmutable. En conclusión así es como funciona el “más y mejor”.
La publicación de “Felicidad” por el líder de este espacio, cuya regla es emotiva, me ha permitido explayarme con este pequeño ensayo de 7 párrafos concretos, citando por supuesto a Savater, como una explicación, quizá más clara de ¿porqué no nos basta con solo un estómago lleno?

1 comentario:

Leonoric dijo...

Todo lo que es un ensayo de una arqueóloga ^^

Un pensamiento diferente, explicativo, superfical y a la vez profundo de todo ^^