Pude tocar la mano de un hombre, con la punta de mis dedos. Se encontraron en un lugar predeterminado, ambos al mismo tiempo estiramos la mano, y nos observamos fijamente. Pude ver sus ojos distintos, sus ojos de lobo, casí negros ya sea por la oscuridad de la habitación, lo frio de su semblante o por que era distinta. Pude ver su ropa, una polera negra, desde dentro de ella sobresalian dos mangas blancas, que constraba fuertemente. Ambos nos miramos, seguiamos perfectamente los movimientos del otro, como si fueramos uno solo...
Y por un momento pude ver a través de él... el esplendor de la oscura noche que me evocaba muchos sentimientos...
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