Y mis sueños fueron repartidos entre la gente, cual Jesús repartiendo pan y pescado a sus oyentes.
De poco a poco se fueron fragmentando entre la gente, hasta perderse en la inmesidad de la gente. Mire a cada quien, y vi como sonreian o lloraban con lo que soñaban. Mire tambien el interior de aquellos que no recordaban que paso ayer. Mire el tiempo pasar y pasar, el reloj de arena jamás se detenia...
Mire el reloj, jamás se detenía, y tampoco mis ojos yo no podía cerrar, pues sueños a todos tengo que dar, todos deben dormir, y velar por aquel que duerme a deshora, verlar por el soñador, velar por aquel que escribe de los sueños
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