martes, 21 de julio de 2009

Lágrimas de amor.

"Aceptémoslo, aunque a veces queramos escapar del amor, al hallarlo nos sentimos en un oasis en medio del desierto; no importa si no sabemos qué hacer con los camellos"(Luis Pesscetti)

Cuenta la historia de este lienzo y de aquel mural: Que si por un momento te recuestas a la intemperie y observas el cielo con claridad, podrás notar la presencia de los Dioses que están apunto de llorar. Ahí, en la luminiscencia de tu existir, notarás cómo la Diosa de la Luna (Ix Chel) y un Chaac toman un jarro que después te darás cuenta de que contiene lágrimas de amor, te preguntarás, con gran curiosidad, olvidándote por completo de tu presencia en la Tierra ¿Qué significa esa forma tan linda y tierna de hacer llover? Mientras te hundes en las palabras de tal cuestión, una calmada y desgarradora pasión te invadirá, pues sentirás después de eso derramarse sobre tus mejillas un líquido transparente; y con los ojos húmedos mirando hacia el cielo, te sorprenderá ver a tales Dioses vertiendo lágrimas sobre ti, estos Dioses, posados sobre una serpiente no pararan de hacerte llover.


Tan hermosa y apacible visión te cautivará, y en esos instantes pensarás: “¡Es como hacer el amor!” sin más, volverás a aquellos recuerdos que llenaron de luz tu cuerpo y alma, y no esperes una pisca de compasión; en segundos te darás cuenta de que son aquellos recuerdos de momentos tan intensos los que provocan a estos Dioses. Lloverá cada vez más fuerte hasta volverse algo más que una tempestad, mientras tu mente dé vida y fuerza a imágenes pasadas envueltas de ese amor incandescente. Sin darte cuenta se hará de noche, bañada en lluvia estarás, no habrá salida ni regreso.

Lo sabrás después, estos Dioses son tan gentiles al brindarte paz y dolor al mismo tiempo para hacerte preguntar y responder. Querrás saber más, lo que has visto te segará pero habrás aprendido a soñar.

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