viernes, 19 de junio de 2009

Ciudad del Romance

Las miradas sorprendidas de los alumnos se interrogaban unas a otras. Era extraño, jamás el profesor terminaba antes de lo estipulado, de hecho ni siquiera les había dejado algún trabajo o algo, el profesor Roberto no era de esos tipos, aún recordaban cuando llegó como todos los días puntual a la hora de clases con una enfermera a su lado y el suero todavía en su brazo.

A diferencia de sus alumnos que pensaban en él, Roberto no pensaba en ellos. Aún le revolvía la cabeza lo del collar y el hecho de que por más mentas que consumió aún podía percibir el olor a whisky escoces en su ropa y en su boca.
- Le pasa algo? - Pregunto una alumna entrando por la puerta de su despacho sin pedir permiso
- Señorita Lorena, dudo que eso le incumba - Le contesto algo consternado
- Vamos "profe", solo nos preocupamos por usted, esta bastante raro hoy...
- Soy humano
- Hasta hace algunas horas lo dudabamos - Lorena lentamente entro por la puerta cerrando la puerta con delicadeza. Se observo nuevamente, llena de inseguridades... labial nuevo, blusa escotada nueva, no llevaba sujetador y perfume nuevo - Hay algo en lo que le pueda ayudar
- Solo que no me vengas a coquetear como otras veces

Era ya sabido por todos que a Lorena le gustaba su profesor de Historia Europea, durante los dos semestres anteriores había tratado de estar junto a él de las maneras más increibles y hasta hacía muy poco tiempo decidio tomar el toro por las astas.
- Qué tiene de malo? - Pregunto jugando con un dedo en su boca. Entonces Roberto se sorprendío llevaba trenzas, las mismas trenzas que él le fascinaban...

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